domingo, enero 1

MÁS PURA QUE EL PURO ORO

Ni en la tierra, ni en el cielo
belleza tan singular,
belleza en carne mortal
que vuele tan alto vuelo.
De pecadores consuelo,
de Ángeles soberana,
de la Iglesia capitana,
la madre del Redentor
que es Jesucristo el Señor,
la pura, la Virgen Santa.

Recibimos de sus manos 
la salvación que esperaban
los profetas y patriarcas
y todo el género humano.
Por insondable arcano
la Providencia dispuso,
mudárase nuestro luto
en alegría nupcial,
con su carne virginal
desposando al Absoluto.

Virgen gloriosa y bendita
con tu "Sí" nos has salvado,
por eso Cristo te ha dado
cuando a sus pies te afligías
-qué grande nuestra alegría!-
a los suyos como hijos;
y el mismísimo Dios quiso
en el cielo la señal
de tu luz supralunar,
reflejo de la del Hijo.

Bienaventurada eres,
concebida Inmaculada;
agraciada entre agraciadas,
bendita entre las mujeres;
dueña del más puro vientre,
tú, faro de los cristianos,
tú, la Amada del Amado,
más pura que el puro oro,
ruega siempre por nosotros
a tu hijo, el Verbo encarnado.

martes, diciembre 20

MI NIÑO ESTÁ LLEGANDO

 ¡Ay! ángeles del cielo,
¡ay! santos todos,
mi Señor va llegando,
mi Dios, mi todo.

Y no está el aposento
limpio y barrido.
¿Dónde acuesto a mi niño
recién nacido?

Socorredme de prisa,
ángeles, santos,
que envuelto entre pañales
ya llega el Santo. 

Una cuna de oro
quería darle
más no tengo, que barro,
cosa más grande. 

Ayudadme angelitos,
¡socorro, santos!
que ya llega mi niño
desde lo Alto. 

A dejar la posada
limpia y pura;
desde el cielo enviadme
rápida ayuda.

Mis amigos del cielo,
¡que estoy penando!
y mi Rey que ya llega
desde lo Alto. 

Mirra, aloe y jazmines,
ya viene el Rey
a traernos el fuego,
de amor la Ley.
 
Prestadme querubines
de amor las brasas,
que mi niño es ardiente
fuego que abraza.

Él, torrente de Vida,
Él, agua clara
y en mi pecho tan sucia
está su posada.

sábado, diciembre 10

ORACIÓN POR LAS MUJERES

¡Oh, Virgen Madre! que, por la pureza de tu cuerpo, pero principalmente por la de tu corazón, mereciste llevar en tu seno al Hijo del Dios vivo, tu Señor y Salvador que tomó la carne tuya para poder subir a la Cruz por nosotros, dirige tu mirada a las mujeres de nuestro tiempo, tan heridas y destrozadas por el demonio de la lujuria, tan sucias y rotas por la epidemia del aborto, tan frustradas y desesperanzadas por el uso y el deshecho que de ellas se hizo, y ten piedad Señora; renueva, limpia y purifica sus corazones para que, a imagen de tu blancura, puedan gloriarse de ser, como fueron creadas, santuario de la vida, verdaderas hijas de Dios del que son imagen infinitamente digna

Tú que eres Madre de misericordia y auxilio de los pecadores, ruega por ellas y por todos nosotros.